lunes, 2 de mayo de 2011

Se acerca la hora


Se acerca el inicio de la campaña electoral y estos días se amontonan demasiadas cosas buenas y malas para hacer un “M’ha agradat / No m’ha agradat”. Dada esta situación quiero dejar aparcado esa serie en mi blog y quiero comenzar a analizar las diferentes cosas que hayan sucedido durante la semana.

Y quiero empezar por dos acontecimientos que han ocurrido esta semana y que me gustaría destacar.

En primer lugar la concentración que organizamos el martes por la noche para recordar el accidente nuclear sufrido en Chernóbil. Lo dije cuando leí el manifiesto y lo vuelvo a recalcar. Este ha sido, sin duda, uno de los actos más emotivos que he tenido el placer de organizar. Nos juntamos unas 50 personas que estamos en contra de la energía nuclear como la solución a la demanda energética de la sociedad. Un acto que organizó ICV-EUiA pero que la idea surgió de un vecino de la Llagosta que, demostrando su confianza en nosotros, nos la traspasó para que la organizásemos.

Aquella tarde/noche encendimos más de 400 velas en la plaza iluminándola con un gran NO sobre el símbolo nuclear. Los vecinos y vecinas que participaron lo hicieron de manera espontánea (recordemos que sólo se anunció vía redes sociales) e incluso hubo algunos que trajeron las velas de su propia casa. Acompañados de la música del gran Bob Dylan, los compañeros y compañeras de ICV-EUiA tuvimos la suerte de compartir tertulias, risas y comentarios con toda la gente que se acercó a la plaza.

Una vez acabó podemos decir que aquel día no se apagaron todas las velas. Quedó encendida una de la cual, su llama, ha continuado ardiendo durante toda la semana y creo asegurar que seguirá así en el futuro.

Gracias a esa llama y la gente que está alrededor de ella se organizó, el domingo por la mañana, lo que se llamó el vermut reivindicativo de los “veleros”. Me explicaré. Un comentario vertido por uno de esos perfiles falsos que corren por la redes sociales llamó “veleros” y “happy flowers” a todos y todas los que el martes participamos en el recuerdo de Chernóbil. De ahí nació un grupo que se organizó en tres días para contestar esos ataques de la mejor manera posible, con una sonrisa en la boca y una margarita en la mano.

En segundo lugar quiero destacar de esta semana la asamblea que la coalición local organizó el viernes por la tarde. Allí nos encontrábamos la mayor parte de la candidatura, afiliados y simpatizantes de ICV y de EUiA. Fue una reunión intensa, con una cantidad ingente de información pero hubo algo que me llamó la atención. El brillo de los ojos de los allí presentes cuando el debate giraba en torno al diseño de la campaña electoral era brutal. Se veía ilusión y muchas, muchísimas ganas de cambio en todos ellos.

Las personas que integran la candidatura de ICV-EUiA que yo tengo el placer de encabezar son gente que cree firmemente en lo que hace. Saben dónde se han metido, para qué se han metido y cómo hacer posible el cambio. No hay ni una de esas personas que estén en la lista sin estar convencidas de todo ello. Y sobretodo, son gente que no acuden a la política por dinero sino por convicciones. Nosotros no tenemos la capacidad ni la voluntad de ofrecer dinero por participar en política. Con nosotros saben, todos y todas, que lo único que podemos ofrecer es trabajo, ilusión, trabajo, amistad y un poco más de trabajo.

Y gracias a ese discurso sensato e ilusionante podemos ofrecer a la Llagosta la mejor de las listas electorales que se presentan en estas elecciones. Otro día hablaremos más exhaustivamente de este tema.

Con estos dos hechos ocurridos esta semana se agolpan demasiadas emociones dentro de uno. Pero hay una que, a medida que se acerca el día, me mantiene más firme. La responsabilidad de no defraudar a cada vez más gente de este pueblo que quiere, que necesita un cambio en la política local. Espero que esta emoción no se convierta en algo negativo y pueda encauzarla en el camino del trabajo bien hecho. Quedan solo tres semanas para las elecciones. Tres semanas donde cometeremos aciertos y errores, como siempre. Pero cuando acaben las tres semanas espero poder mirar a los ojos de toda esa gente de la que os hablé antes y decirles que lo hemos conseguido. Que gracias a ellos y ellas lo hemos conseguido y que desde ese preciso instante comience el cambio de rumbo político en nuestra querida Llagosta.

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