viernes, 5 de agosto de 2011

Próxima estación: Defensa els teus drets


Comienzan las vacaciones y llega el momento de reflexionar de los últimos dos meses.

La verdad es que se acumulan en el listado de entradas muchos escritos que quería hacer desde hace días, contestando difamaciones públicas y colocando algo de luz sobre todos los temas económicos que han salido últimamente. Pero he dejado pasar los días con el objetivo de calmar mis respuestas e intentar que las aguas vuelvan a estar mansas.

Ahora el cuerpo me pedía escribir y hacerlo sin contestar ningún ataque. Ahora quiero escribir del futuro y dejar de lado el pasado.

Y el futuro más cercano son los próximos 20 días, los que puedo dedicar a mi familia a tiempo completo. Después de dos meses donde me han visto pocas horas pienso estar en dedicación exclusiva con mis hijos y mi mujer. Se lo merecen más que nadie.

Y volveremos a finales de agosto para encarar la fiesta mayor y, después de eso, la parte final del año. Un año muy difícil que se prevé que los números (eso que ahora determina nuestras vidas) sean poco alegres; más bien tristes o muy tristes.

Y hablo de los números locales y los números generales. En la Llagosta los números serán complicados. Realistas, para que todos y todas sepamos cuál es la situación. Pero seguramente que el ejercicio cierre con números rojos y encaremos un año 2012 más complicado que los anteriores. De hecho, el año 2012, se cree que será el peor de la crisis que llevamos arrastrando tres o cuatro años.

Pero la situación a nivel general no será mucho más halagüeña. Los recortes del Govern de la Generalitat y la situación de desgobierno en Madrid nos arrastran a pensar que este otoño será un otoño de lucha y reivindicaciones.

Recortes en Sanidad, en Educación (gravísimos y poco comentados) y ataques frontales al estado del bienestar desde el Govern nos hacen estar más alerta que nunca sobre la salvaguarda de nuestros derechos. Aquellos por lo que lucharon nuestros padres hace años y que ahora nos desaparecen sin que seamos capaces de hacer nada.

Nuestra sociedad está perdiendo esos derechos, inalienables al ser humano, y la reacción es escasa y/o nula. Y no es menos grave el ataque (más sutil y mejor disfrazado) que se hace desde el Gobierno de Madrid. La sumisión a los poderes económicos (aquellos que nos metieron en esta crisis por avaricia, despotismo y prepotencia) nos lleva al desahucio de la política como herramienta para que una sociedad pueda organizarse.

No somos capaces de plantar cara a esos ataques de “los mercados”, palabra falsa que realmente quiere describir a los especuladores sin escrúpulos. No se entendería, si no, como hemos podido prestar 17.000 millones de euros a las entidades financieras para “rescatarlas” y no seamos capaces de ver que para acabar con la situación de hambruna en el cuerno de África se necesitan 4.000 millones. O que con el recorte de los salarios de los funcionarios nos ahorramos, tan solo, 1.700 millones de euros.

Medidas adoptadas por un gobierno autodenominado de izquierdas que no presta atención a los fraudes fiscales, o a las SICAV, o a la lucha contra la economía sumergida. Medidas que llevarían a ingresar más y tener que recortar menos.

Como veis, la situación es desoladora a nivel general, así que en aquello en lo que podemos actuar (las políticas locales) seremos lo más coherentes posible con nuestro discurso. Actuaremos con responsabilidad pero con firmeza. Ajustaremos el gasto y conseguiremos más ingresos. Es probable que tengamos que renunciar a ciertos servicios momentáneamente. Lo estudiaremos, pero seguiremos la máxima que nos moviliza: “Piensa globalmente, actúa localmente”.

Pero eso será en otoño. Ahora permitidme que disfrute de mis tardes de frontón en un pequeño pueblo de Teruel y de las maravillosas estrellas que se contemplan en la Alpujarra granadina. Ya os contaré…

Mi blog, como el Ave Fénix

Buenas, os pido disculpas. Disculpas por llevar desde principios de 2015 sin escribir y disculpas porque después de estos casi tres años,...