domingo, 18 de septiembre de 2011

CIEN DÍAS


Cien días de gobierno. Cien días para darme cuenta de la enorme responsabilidad que atesoro y para saber que esta responsabilidad hará que trabaje como nunca lo he hecho hasta ahora.

Llevo trabajando desde los 21 años, cuando compaginaba mis estudios con un contrato de trabajo en la compañía SEGAD, S.A, de Montcada i Reixac. Desgraciadamente hoy esa fábrica ya no existe. Desde entonces jamás había imprimido tanta pasión a mi trabajo. Llevo tres meses entrando en el despacho a las nueve de la mañana y saliendo a las nueve de la noche. Y deseo que suene el despertador por la mañana para volver al trabajo. De eso me he dado cuenta en estos cien días.

Pero también me han servido los cien días para saber que si quieres ser el mejor debes rodearte de los mejores. Y eso, que ya lo sabía antes, me ha sido demostrado con creces. Cien días donde el equipo de gobierno, sin excepción, ha demostrado una capacidad de trabajo e ilusión que hará posible cualquier cosa que nos propongamos. Y los mejores no son sólo los que me rodean, también son todos los trabajadores que me he encontrado en el Ayuntamiento. Gracias a todos ellos y ellas mis cien días están resultando mucho más fáciles de lo que esperaba.

Cien días donde he participado en innumerables actos y encuentros, reuniones, entrega de premios, entrevistas y muchas otras cosas. Pero lo más intenso de estos cien días ha sido la Festa Major de la semana pasada. Un acontecimiento que me ha servido para darme cuenta de lo tan fantástica que puede ser la gente de la Llagosta y lo tan hipócrita que puede resultar la oposición.

Estos cien días me han enseñado que debemos ser muy cautos con los proyectos que acometamos. Que estirando más el brazo que la manga ganarás aplausos a corto plazo pero que hipotecarás el futuro de mucha gente en el futuro. 1.800.000€ de facturas sin pagar, de gasto corriente (basuras, luz, gas, convenios mensuales con otras administraciones, etc.) es mucho más de lo que me podía esperar. Y sólo responde a una razón: querer tener lo mismo que los demás sin poder mantener el gasto que supone.

Esa debe ser la razón por la que este ayuntamiento se ve abocado a un problema económico como el que estamos viviendo. Esa debe ser la razón por la que nos acogíamos a subvenciones sabiendo que aquello que subvencionaban era temporal. Pero eso importaba poco. Si podíamos ofrecer un servicio nuevo durante dos años gratis para qué nos íbamos a preocupar de lo que pasaría en dos años. Esa debe ser la razón por la que nos gastamos una barbaridad de dinero en acomodar el Joan Maragall viejo en oficinas administrativas sabiendo que todo era muyyyyyyy temporal. Eso se llama hacer política cortoplacista. Esperando resultados inmediatos sin tener una visión estratégica de lo que quieres para tu pueblo en el futuro.

Cien días de gobierno. Cien días que me sirven para estar atento. Cien días que han colocado la primera piedra de lo que debe ser la legislatura de la ilusión, del cambio de hábitos, de un nuevo rumbo en la Llagosta. Más verde, más amable, más austera y más alegre. Cultura, sociedad, economía, servicios sociales, nuestros mayores… Todos estamos preparados para dar el salto. Para innovar y para seguir adelante. Progresando y avanzando hacia nuestro futuro.

Cien días.

Y cuando hablaba de rodearse de los mejores no pensaba únicamente en mi equipo y en los trabajadores. Cien días para saber que este viaje no puedo hacerlo solo. Que no sería nada ni nadie sin el apoyo de mi familia. Mis padres, mi hermano pero sobretodo (muy sobretodo) el calor de mi mujer y mis hijos hacen que me sea más fácil hacer llegar el barco a puerto. Sin su comprensión de la responsabilidad y la dedicación esto no sería lo mismo.

Por eso os doy las gracias. Por los cien días donde me habéis demostrado tantas cosas. Buenas y malas. Gracias por estos cien días.

Mi blog, como el Ave Fénix

Buenas, os pido disculpas. Disculpas por llevar desde principios de 2015 sin escribir y disculpas porque después de estos casi tres años,...