lunes, 4 de julio de 2011

RECUERDOS DE LA INFANCIA


Tengo ahora 37 años y por alguna razón desconocida hay cosas que desde que uno es pequeñito no se olvidan. Os habéis preguntado alguna vez porqué se nos olvidan algunas cosas y otras se quedan en nuestro recuerdo para siempre??

Eso me pasa a mí con los cuentos infantiles. No creo que se me olvide nunca cuentos como Caperucita Roja, El Rey Midas, Pedro y el Lobo (vinilo musical que me encanta escuchar todavía), El Flautista de Hamelín o Los tres Cerditos. Y precisamente este último define muy bien situaciones cotidianas que no por ser contínuamente conocidas dejan de sorprenderme.

En la vida existen tantas formas de actuar como individuos pero, al fin y al cabo, podemos reducir el número entre hacer bien las cosas o hacerlas mal. El resultado será uno u otro, nos gustará más o menos, pero si el proceso hasta llegar a ese resultado es el adecuado y se basa en el sentido común se puede decir que el trabajo está bien hecho. Es como en la fábula de los cerditos, la casa de obra te gustará más o menos pero se puede decir que está bien hecha.

Últimamente descubro como se han construido casas de paja muy cerca nuestro. Con el único fin de guarecerse rápido del lobo feroz hay gente que prefiere hacer casas insostenibles y la búsqueda de resultados inmediatos. Pero todos sabemos que eso no vale. Trabajar con prisas y utilizando parches a la hora de construir la casa no sirve. Al final el lobo sopla tan fuerte que la casa se cae. Puede ser que el cerdito quisiera demostrar a todos sus amigos que era capaz de hacerse un refugio muy rápidamente. Puede ser que cuando veía que el techo no se sostenía, en lugar de hacer un arreglo de futuro, simplemente colocaba un parche, un poco más de paja.

Mientras tanto, otro cerdito muy lejos de donde se hacían casa de paja, construía su casa de obra. Tardaría más, sí, pero su casa aguantaría mucho más tiempo sin fisuras y en pie. Aguantaría los soplidos del lobo feroz y él y todos sus amigos podían disfrutar de la seguridad mientras durasen los ataques del lobo. Tarde o temprano ese lobo se cansará y volveremos a disfrutar de un tiempo sin lobo donde podremos salir a disfrutar del jardín.

Pero la casa de paja del otro cerdito no aguantó las embestidas del lobo. Éste se cebó con la casa y todos sus inquilinos, y todos ellos tuvieron que huir con el rabo entre las piernas.

Otro recuerdo de la infancia imborrable es la bicicleta y sus aventuras. Y yo tenía un don innato para pinchar contra los bordillos (no tenía fuerza para levantar la rueda). No ganaba suficiente semanada para reparar todos esos pinchazos y descubrí, con el tiempo, que cuando una cámara de aire llevaba ya más de ocho o nueve parches era mejor comprarse otra. Y no tenía dinero suficiente pero entonces aparcaba la bici durante tres o cuatro semanas hasta que podía costearme una cámara nueva.

Al final de todo esto me alegro que los recuerdos de la infancia me ayuden a tomar decisiones ahora que soy adulto. Todas aquellas vivencias me enseñaron cómo debe una persona actuar cuando tiene que contruir una casa o tiene que reparar una cámara de aire.

Ahh!!! Otro recuerdo, este en forma de frase:
"LA FEINA MAL FETA NO TE FUTUR, LA FEINA BEN FETA NO TE FRONTERES"

Mi blog, como el Ave Fénix

Buenas, os pido disculpas. Disculpas por llevar desde principios de 2015 sin escribir y disculpas porque después de estos casi tres años,...