martes, 12 de junio de 2012

Un año de ilusiones realizadas.

Un año. Un año es lo que ha pasado desde que recogí la vara de mando. Una acción ésta puramente simbólica ya que la vara, desde aquel día, reposa tranquilamente en el despacho de alcaldía viendo pasar las horas de trabajo, esfuerzo, discusiones, alegrías y preocupaciones vinculadas estrechamente al cargo que desempeño.

Ya lo he comentado otras veces pero no me cansaré de repetirlo: estoy disfrutando con mi trabajo como nunca antes lo había hecho en ninguna de las ocupaciones que he desarrollado a lo largo de mi vida. Eso es lo que hace que cada día me levante con ganas de empezar a trabajar y que se me pasen las horas casi sin darme cuenta.

Ha sido un año plagado de complicaciones por todo lo que nos hemos ido encontrando en el camino. Las famosas facturas en el cajón y sin pagar, los recursos de otras administraciones que no llegan y que, posiblemente, no llegarán, los desmesurados ataques de la oposición entrando en asuntos personales que nunca antes, en este ayuntamiento, se habían atacado, las maniobras políticas para hacer propios recursos que son de todos, etc. Muchas, muchísimas complicaciones que hacen que nuestro primer año haya sido tremendamente intenso.

Pero en paralelo a todas estas complicaciones también hemos tenido “aquellas pequeñas cosas” que decía Serrat que han compensado, y con creces, todo lo anterior. La 1ª Setmana del Teatre, adecuar los caminos en el parque popular, devolver el ayuntamiento a su lugar natural, paralizar la locura urbanística del ARE, mejorar calles y plazas como Pintor Fortuny o Pere IV, el Forum Jove, charlas y paseos medioambientales, la primera exposición pública de los presupuestos municipales, mayor información y transparencia a través de la web municipal, instalación de minideixalleries para fomentar el reciclaje, dar el primer paso para la rehabilitación de Can Baquè, tasas e impuestos con fiscalidad progresiva, incremento de las ayudas sociales, etc...

Estas y otras actuaciones han sido una realidad en el primer año de trabajo y muchas otras que están a punto de convertirse en realidad. Todo ello en un año tremendamente difícil dada la actual situación económica y social por la que atravesamos.

Seguimos creyendo en nuestros principios y nuestras propuestas electorales, aquellas con las que nos presentamos a nuestras vecinas y vecinos y aquellas que todos vosotros y vosotras confiasteis para gobernar durante esta legislatura. Ya lo decía entonces: “...esta no será una legislatura de grandes proyectos ni grandes actuaciones, será la legislatura de las pequeñas acciones y de prepararse para el futuro...”. Estas palabras fueron las que repetí más a menudo durante la campaña electoral y sigo creyendo en ellas. Y seguiremos trabajando para conseguir, en este segundo año que tenemos por delante, por lo menos lo mismo que en el primero. Incrementando los recursos en Acció Social para ayudar a quien más lo necesita, trabajando estrechamente con nuestros industriales para generar ocupación, incrementando la información municipal y haciéndola más accesible a la población, generando sinergias asociativas como haremos en la 1ª Mostra d'Entitats de la Llagosta, creando una completa normativa de civismo que mejore la convivencia en nuestro municipio, mejorando la movilidad en nuestras calles, actuando en parques y plazas para mejorar el día a día de nuestros vecinos y vecinas, etc...

Y todo ello será una realidad en este segundo año de mandato gracias a la política de sentido común que se ha instaurado en el ayuntamiento.

Una política de sentido común que había desaparecido de nuestro ayuntamiento hace mucho tiempo. Aparte de ese trabajo, explicado anteriormente, que tiene una incidencia directa en la población existe otro grandísimo trabajo que, teniendo una incidencia indirecta o menos visible, no es menos importante y que me ha ocupado muchas horas de despacho. Ese otro trabajo no es otro que el de organización interna del ayuntamiento, la casa de todos y todas. La organización del ayuntamiento es muy importante para los vecinos y vecinas de la Llagosta. Un año después de entrar a la alcaldía puedo decir que tenemos unos excelentes profesionales trabajando en nuestro ayuntamiento. Pero estos magníficos profesionales necesitaban una mayor confianza y un menor intervencionismo en su trabajo. Cuando un político quiere hacer de técnico no salen las cosas como deben salir. Los políticos debemos marcar las líneas estratégicas de actuación y los técnicos deben traducir esas líneas en proyectos técnicos a desarrollar. Y esto no pasaba en la Llagosta.

Este año hemos aprobado un organigrama interno que sustituía a un vetusto y oxidado organigrama datado en los años '90. Desde los '90 hasta ahora la Llagosta ha evolucionado y nuestra casa común no lo había hecho. Y eso debe dar sus frutos durante este segunda año de mandato donde tengo depositadas grandes esperanzas. Será un año difícil, seguramente más que el primero, pero eso no nos detendrá en nuestra apuesta de seguir consiguiendo cosas, de seguir estando más cerca del vecino y vecina que nos encontramos por la esquina, comprando el pan o tomando un café. Ese es otro de nuestros mayores objetivos. Ser, más allá del alcalde o del concejal, ser un vecino o vecina más. Al que puedes parar por la calle y preguntarle cualquier cosa, con el que puedes tomar un café y charlar de lo que te preocupa o te inquieta, con el que tienes un acceso rápido y sincero.

El futuro será eso: pequeñas actuaciones que puedan hacernos sentir mejor y estar orgullosos y orgullosas de pertenecer a este pueblo y saber que contamos con unos gobernantes cercanos, humildes y que no están por encima del bien y del mal. Que siempre tendrán un momento para escucharnos y entender nuestras inquietudes.

Estamos preparados, lo hemos demostrado y lo conseguiremos.


Gracias







Mi blog, como el Ave Fénix

Buenas, os pido disculpas. Disculpas por llevar desde principios de 2015 sin escribir y disculpas porque después de estos casi tres años,...