viernes, 14 de octubre de 2011

Hasta siempre comandante


Ha pasado un año y el sentimiento de pérdida es el mismo.

Hace ahora un año que mi compañero y amigo Jordi Alonso me llamó, estando con mi hijo en las puertas del Salón del Caravaning, para decirme que Simón había muerto. Le había dado un ataque al corazón poco después de cenar, al irse a dormir.

Desde aquel día algo en nuestros corazones, en los de todos y todas que compartimos momentos con él, algo dentro nuestro se apagó. Aún recordándolo se me encoge el corazón.

Muchos de vosotros y vosotras conocéis que mi relación con Simón Rosado era muy especial. No sólo tuve la suerte de conocerlo sino que me considero afortunado y honrado de haber podido trabajar con él. Personas como esa hay muy pocas en esta vida y muchas menos son las que se cruzan en nuestras vidas a lo largo de los años.

Pero ya tuvimos la oportunidad de despedirlo, de llorarle y de homenajearle. Todo ello hace 11 meses. Ahora llegan los reconocimientos, que no por ser unas acciones sin importancia para los que queremos a Simón, estos reconocimientos no dejan de ser merecidos.

Hoy hemos recordado a Simón en Granollers. En su comarca. Donde creció como sindicalista y dejó una gran cantidad de amigos. Ovidi, Emilia, Cachinero, Jaramillo, Lalo, y un largo etcétera que me sería imposible de recitar.

Hoy he asistido a un acto donde se concentraban el Ministro de trabajo, Valeriano Gómez, el Secretario Gral. de CC.OO, Ignacio Fernández Toxo, el Presidente de la CEOE, Juan Rossell, el Secretario Gral. de la CONC, Juan Carles Gallego, la familia de Simón, Teresa su mujer y sus hermanos, y muchos, muchísimos amigos y amigas de Simón.

Hoy, el Ministro de Trabajo ha hecho entrega a su hermano Juanma de la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo. Un acto emotivo, ya que al hacer la entrega el aplauso ha sido tan largo y ensordecedor que se me han saltado las lágrimas igual que se me saltan ahora, mientras escribo.

Un acto que recordaba su trayectoria personal y sindical desde que salió, con tan solo 16 años, de su Hervás natural, en Extremadura y recaló en Mollet del Vallès. Pero hoy, aparte de todos los momentos álgidos del acto, me quedo con dos cosas maravillosas.

La primera ha sido el reencuentro con mi amigo Luis. Llevaba más de ocho años que no sabía nada de él. Le perdí la pista después de haber estado muchos años trabajando en Acció Jove, de CC.OO. Fue precisamente Simón quien nos presentó y quien generó que entabláramos una gran amistad. Somos, entre muchos y muchas más, dos “niños de Simón” como nos llaman a toda aquella generación que Simón apadrinó en el sindicato. Ahora trabaja en Madrid, en la confederación del sindicato y desde hoy volveremos a tener contacto.

La segunda, y la más importante (perdona Luís), has sido tú Teresa. Hoy he vuelto a sentir a Simón a mi lado mientras hablaba contigo. Esos cinco o diez minutos que hemos compartido, que hemos hablado de sentimientos, del significado que tiene su nombre, esos minutos han aliviado una angustia que llevaba dentro desde hace un año. Me he desahogado, en el buen entender de la palabra.

Y no quiero olvidarme de sus hermanos. Dos tíos (permitidme que os llame así porque me habéis parecido dos personas estupendas) que desprenden una alegría y un buen rollo excepcionales. Sólo con gente así a tu alrededor se puede entender la valía humana que tenía Simón.

Hoy ha sido un gran día. Y la paradoja es que ha sido mientras recordábamos un grave acontecimiento. Pero esto sólo lo puede conseguir Simón. Cuando la cosa parece que está perdida llega él y arregla el entuerto…

Simón, nunca te olvidaremos. Una abrazo comandante…

Mi blog, como el Ave Fénix

Buenas, os pido disculpas. Disculpas por llevar desde principios de 2015 sin escribir y disculpas porque después de estos casi tres años,...